viernes, 17 de julio de 2009

Relato Etnográfico

Era un viernes por la tarde, acompañaba a dos amigas a la peluquería del barrio. Cuando entramos había bastante gente, más mujeres que hombres. En seguida la señora sentada detrás del mostrador nos llamó la atención y nos preguntó que queríamos hacernos. Una de mis amigas se cortaría el pelo y la otra se haría las manos. Yo sólo era la acompañante.
Justo dos señoras mayores terminaron con sus respectivos cortes de pelo y se disponían a pagarle a la señora del mostrador. Dejamos libre el espacio para las señoras, y condujeron a mis amigas a un pequeño guardarropas para que dejaran sus abrigos. A la que se cortaría el pelo, le dieron una bata. A continuación se sentaron en distintas sillas, alejadas entre sí.
La peluquera que le cortaría el pelo a mi amiga, no tendría más de cincuenta años. En seguida le preguntó que tipo de corte quería, y comenzaron a charlar mientras la peluquera se ponía a trabajar. Mi amiga le contó como le iba con sus estudios, como estaba su familia y luego se habló del tema de las elecciones. La peluquera se mostró muy negativa en la creencia de un cambio nacional debido a las elecciones de nuevos candidatos, ya que ella no creía que pudieran modificar lo mal que se encuentra el país.
Luego opté por observar a los demás clientes. Había algunos hombres que la poca conversación que ofrecían, tenía como tema básico el fútbol. No pude escuchar demasiado ya que se atendían más lejos de donde yo me encontraba. Pude escuchar parte de la conversación de una mujer de unos cuarenta años de edad, que le contaba a su peluquera lo cansada que estaba de renegar con su hijo menor. Aparentemente el niño era la reencarnación de “Daniel el travieso”, pero potenciado. No sólo le iba mal en el colegio, sino que además la madre contaba como recibía constantes llamados de la directora por bromas que su hijo adolescente llevaba a cabo, a costa de otros chicos de su edad. La madre parecía adjudicarle la culpa a la falta de educación del colegio y de disciplina, obviamente culpa suya no era. A su derecha, había otra peluquera que atendía a su clienta de unos sesenta años aproximadamente. Esta conversación era totalmente diferente, la señora contaba como habían robado a una vecina suya de igual edad y que por suerte no había pasado a mayores. Le habían quitado el dinero y amenazado, y luego los ladrones habrían huido. La peluquera indignada, le decía que había que hacer algo con la inseguridad que sufre nuestro país, que uno no puede vivir con miedo a salir de su casa, que este problema necesita una solución inmediata. Otra clienta (a la izquierda de donde se sentaba mi amiga), que no tendría más de treinta y cinco años, contaba que uno de sus hijos sufría de mucha fiebre y tos, que tenía miedo al contagio de la gripe porcina. El médico ya lo había atendido y le había hecho los análisis, tendrían sus resultados en una semana. El peluquero que la atendía hizo una mueca extraña, lo que me llevó a pensar que no le gustaba mucho cortarle el pelo a esa señora, también tenía miedo al contagio.
Mi amiga terminó enseguida con su corte de pelo. Esperamos en los sillones tapizados de la entrada mientras llegaba nuestra compañera sentada más lejos de nosotras, en la parte final del salón. Cuando por fin apareció, estaba muy contenta con como habían quedado sus manos.
Fue muy interesante escuchar las distintas conversaciones que se llevaron a cabo mientras los peluqueros y manicuras hacían sus trabajos. Cada cliente tenía un tema para hablar, pero dependiendo de si era mujer u hombre, si era ama de casa o no, y de la edad que tenía, era el tema del que se hablaba. En esta peluquería, la mayoría eran amas de casa cuya conversación era sobre la familia, sus hijos, trabajo, etc. Las mujeres mayores tocaban temas como la inseguridad y lo mal que anda el país. Los más jóvenes, quizás no hablan mucho y si lo hacían, sólo era para tratar temas superficiales. Me llamó la atención esa división de temas según la edad. La próxima vez que tenga que ir a una peluquería, voy a estar atenta a nuevas posibilidades de conocer los pensamientos de las personas.

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